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ESTRATEGIAS PSICOLÓGICAS

PARA EL TRASTORNO CON DEFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

 

 

Algunos consejos útiles serían los siguientes:

 

• Mantener una situación estructurada en la casa, con horarios constantes y evitando estímulos demasiado llamativos.

• Alejarle de los estímulos que pueden distraer su atención. Al principio quedarnos con ellos haciendo actividades que requieran un nivel de atención elevado, e ir retirándonos y dejándoles solos cada vez más tiempo.

• Cuando parece que no oye lo que se le dice, sujetarle la cabeza con las manos, mantener la mirada y hablarle con voz suave, sin enfadarse pero firme (utilizar el contacto físico para atraer su atención).

Después, pedirle que repita lo que se le ha dicho y si no lo recuerda, volver a repetirle el mensaje de la misma manera.

Autoinstrucciones

Los niños con TDAH requieren ser instruidos en mediadores verbales (pensamientos en forma de frases para hablarse a sí mismo) para que utilicen su lenguaje verbal con el objeto de que regulen su conducta.

 

En el aprendizaje de la ejecución de dichos pensamientos, para la realización de la tarea intervienen los padres, los profesores y los terapeutas, actuando como modelos.

Primero van ejecutando la actividad, dándose instrucciones a sí mismos en voz alta. Posteriormente, dan orientaciones en voz alta al niño y, finalmente, van haciendo la tarea con instrucciones cada vez más encubiertas.

 

  • ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Cómo lo voy a hacer?

  • Tengo que estar muy atento y ver todas las respuestas posibles.

  • ¡Ya está! Creo que la solución es ésta.

  • ¡Fantástico! Me ha salido bien.

  • Soy un genio.

  • ¡Vaya! Me ha salido mal ¿por qué?

  • ¡Ah!, ¡es por eso!

  • La próxima vez me saldrá mejor.

Impulsividad

¿Cuándo es impulsiva una conducta?

• Cuando se realiza sin tener en cuenta las consecuencias de la conducta.

• Cuando se realiza algo que va a provocar un resultado negativo.

• Cuando la conducta no tiene un objetivo claramente determinado para el que la lleva a cabo. No es conducta impulsiva aquella que se realiza para llamar la atención o establecer una lucha de poder o algún beneficio material.

 

 Indicaciones para modificar una conducta impulsiva:

 

1. Proporcionar normas para que el niño sepa en cada momento qué debe hacer y qué no debe hacer. Las instrucciones deben ser:

• Claras y específicas.

• Comprensibles (lenguaje adaptado al niño y haciendo uso de términos concretos).

• No deben entrar en contradicción unas con otras.

• Cortas.

• Deber ser en un número reducido (si se proporcionan muchas instrucciones, el niño necesitará más tiempo, recursos, etc., para poder seguirlas).

• Deben darse de una en una y espaciadas en el tiempo.

• No deben acompañarse de contacto físico instigador.

 

2. Cuando se va a un lugar en el que hay muchas personas, es conveniente darle algunas pautas breves, claras y concretas de comportamiento.

Si se pone nervioso en un lugar público por el exceso de estimulación, llevarle a un lugar tranquilo, a ser posible donde no haya otras personas, y dejar que se calme. Reforzar su esfuerzo y hacerle ver que es capaz de seguir las reglas.

 

3. Comunicarle con suficiente antelación cualquier cambio de rutina.

El objetivo es que el niño, en un entorno con muchos estímulos, algunos desordenados, otros deseados, otros rechazables, etc., lleve a cabo sus obligaciones intentando que aprenda a seguir instrucciones, demorar la gratificación e inhibir el primer impulso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Técnica de la tortuga

Es un método eficaz para el autocontrol de la conducta impulsiva (sobre todo en el aula) y se revela como una técnica útil en situaciones de descontrol por carga emocional.

Su aplicación consiste en leer al niño una historia en la que una tortuga sabia enseña a otra más pequeña (el niño con TDAH) cómo hacer uso de su caparazón para relajarse y tranquilizarse. Se usa, como respuesta de competencia, adoptar una postura que imposibilite llevar a cabo una conducta impulsiva.

 

ACTIVIDAD

El objetivo no es conseguir el nulo movimiento del niño, sino que aprenda a controlar su excesiva actividad permitiendo cierto movimiento. Se aconseja para ello:

• Alternar a lo largo del tiempo actividades que requieran que esté sentado y actividades en las que pueda levantarse y moverse.

• Permitirle levantarse un número limitado de veces en un tiempo determinado

(p. ej., dos veces como máximo en una hora).

 

Actividades antihiperactividad

 

Son distintas tareas que tienen características específicas apropiadas para los niños con TDAH. Son juegos, actividades, etc., de índole lúdica, que aportan un marco de aprendizaje adecuado. Suelen introducirse en terapias grupales, pero pueden practicarse también en casa.

Estas tareas implican el uso de las estrategias para el tratamiento de la atención e impulsividad, manteniendo al niño ocupado en una actividad no disruptiva y motivante.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El objetivo final es el fomento del autocontrol.

Se han seleccionado, entre otros, los siguientes juegos y actividades:

• Jugar a buscar palabras que empiezan por…

• Mirarse en el espejo.

• Hacer puzzles.

• Buscar semejanzas y diferencias entre dibujos.

• Juegos de construcciones.

• Laberintos.

• Localizar errores en ilustraciones.

• Jugar al «pollito inglés».

(Se trata de un juego popular en el que un niño se coloca de espaldas al resto de los compañeros, que se sitúan en una línea de salida.

El juego consiste en aproximarse a este niño sin ser vistos, ganando el primero que llega a él. La dificultad estriba en que el niño que permanece de espaldas al resto se puede girar repentinamente, cuando él quiera, a la vez que grita: «un, dos, tres, pollito inglés». El niño a quien sorprenda en movimiento debe retrasarse hasta la línea inicial de salida. Por este motivo, los niños deben quedarse quietos en su aproximación cuando al escuchar el grito del niño que permanece de espaldas prevean que va a girar la cabeza. Este juego se utiliza para el entrenamiento de la regulación verbal del acto motor.)

 

La utilización de estas estrategias conductuales y cognitivas requiere tener en cuenta las necesidades de los niños con TDAH:

• Tienen una mayor necesidad de búsqueda de novedad.

• Su interés suele centrarse en lo inmediato, en el «aquí y ahora».

• Suelen preferir realizar frecuente actividad física.

• Necesitan ayuda para concentrarse.

• Requieren un ambiente estructurado.

• Suelen requerir más tiempo para realizar las tareas escolares.

• Suelen precisar información abundante e inmediata sobre lo que hacen.

Para ello:

• Asigne períodos de trabajo cortos.

• Establezca metas a corto plazo.

• A veces requieren que se les repita el mensaje utilizando nuevas palabras o dándoles alguna señal o dibujo (no es útil decirles «ya te lo he dicho»).

• Estimule los pequeños progresos.

• Enumere las instrucciones de una en una.

• Cuando se haya bloqueado en la resolución de una dificultad, dele opciones para solucionar el problema.

• Involúcrelo en actividades de grupo; mejorará su autocontrol y reforzará su autoestima.

 

Orientaciones para los padres

Los padres necesitan una serie de normas claras y precisas para regular el comportamiento de sus hijos. Las normas básicas de estas reglas son:

• Que sean estables: el cumplimiento-incumplimiento de las reglas siempre ha de tener las mismas consecuencias.

• Que sean consistentes: las reglas no cambian de un día para otro.

• Que sean explícitas: las reglas son conocidas y comprendidas por ambas partes (padres y niño).

• Que sean predecibles: las reglas están definidas antes de que se incumplan, no después.

Cómo reconocer y tratar conductas inadecuadas

Con frecuencia, los niños presentan conductas inadecuadas. Algunas de estas conductas tienen como origen determinadas creencias erróneas de los niños sobre ellas. En su deseo de sentirse integrados y «pertenecientes» a su grupo, los niños atribuyen significados erróneos a conductas llevadas a cabo por ellos mismos. Es importante saber reconocer estas conductas y la mejor manera de manejarlas.

 

 

Castigos

Castigar una conducta hace probable que ésta no se repita. El castigo funciona bien si:

• El castigo es el último recurso, no la forma habitual de actuar.

• El niño sabe exactamente por qué se le ha castigado.

• Ocurre siempre que se comete la falta.

• Se ofrece una alternativa: no sólo se castiga la mala conducta, se explica qué y cómo puede hacerlo.

• Permanece intacta la autoestima: son las acciones las incorrectas, no elniño.

• No se asocia a actividades de aprendizaje, como tener que leer o hacer cuentas.

 

Extinción

La serpiente caza ranas

«Érase una vez un pescador que estaba tranquilamente en su barca, cuando de pronto vio que del agua salía una serpiente que llevaba en la boca una rana que acababa de cazar. »El pescador sintió piedad de la rana y, sujetando a la serpiente, se la quitó de la boca y la dejó ir en libertad. Pero al ver que la serpiente se quedaba sin su comida, también le dio pena y, como no tenía otra cosa que darle, echó en su boca unas cuantas gotas de aguardiente que llevaba.

»La serpiente se fue muy satisfecha. También el pescador se sintió muy bien por su acción. Pasado un rato, el pescador oyó unos golpecitos a sus espaldas en el costado de la barca. Se volvió para mirar qué pasaba y cuál no sería su sorpresa al comprobar que quien había aparecido era la misma serpiente, pero con dos ranas en la boca.»

 

El refuerzo mal empleado aumenta las conductas que precisamente queremos eliminar. No debemos caer en la trampa de reforzar, a veces incluso sin darnos cuenta de ello, un comportamiento inadecuado.

La extinción es ignorar totalmente aquellas conductas que queremos que no se repitan. No debe realizarse cuando son conductas peligrosas para el niño u otros. Se debe esperar que en los primeros momentos se produzca un empeoramiento de la conducta, pero hay que ser constante en su aplicación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Técnica del «tiempo fuera»

Consiste en un período de tiempo en el que se separa al niño de toda consecuencia gratificante. Se le sitúa en otro cuarto, en el pasillo, etc.

El lugar de aislamiento no debe ser atractivo ni estar muy lejos. Hay que evitar todo tipo de refuerzo a la ida, a la vuelta y durante la estancia en el área de tiempo fuera. No debe mantenerse más de un minuto por año de edad. Se debe evitar aplicar este procedimiento en casos en los cuales sirva para salir de situaciones desagradables.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Consecuencias naturales y consecuencias lógicas

Consiste básicamente en relacionar las conductas del niño con las consecuencias que se derivan de ella. Se parte de ofertar al niño varias alter-nativas, de manera que sea él quien decida lo que va a hacer y, a continuación, experimente las consecuencias de sus decisiones sin que la lástima nos lleve a cortarlas. Una consecuencia lógica es aquella que resulta de la conducta del niño, estableciendo una relación «con sentido » entre ambas. Se permite que el niño tome sus propias decisiones, haciéndole responsable de su propio comportamiento. Por ejemplo: si el niño ha perdido una herramienta de trabajo de su padre, tendrá que buscar la manera de reponer la pérdida.

 

Los pasos para aplicar correctamente esta técnica son los siguientes:

1. Dar alternativas (opción adecuada y opción inadecuada).

2. Informar con tono amistoso de las consecuencias lógicas de cada una de ellas.

3. Dejar que «saboreen» las consecuencias de la decisión tomada.

4. Recordarles que podrán volver a elegir más adelante.

Autoconfianza y autoestima

A causa de las dificultades que los niños con TDAH encuentran en numerosos ámbitos de su vida cotidiana, es fundamental tratar de reforzar la autoestima y la confianza en sí mismos. Algunos consejos útiles son los siguientes:

• Muéstrele confianza. Demuéstrele que cree en él ofreciéndole tareas acordes con sus capacidades y que usted sepa que puede realizar con éxito (p. ej., cuidar una mascota).

• Evite usar etiquetas («malo», «torpe», «inútil»).

• Reconózcale su esfuerzo y los progresos conseguidos.

• Absténgase de hacer comentarios negativos acerca del niño.

• Evite la tentación de intervenir cuando el niño trata de encontrar la solución a un problema.

• Si su hijo le pide ayuda, préstesela mediante comentarios en forma de sugerencia, no le dé la solución directamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cómo escuchar y comunicarnos con los hijos

La escucha reflexiva

 

Mediante ella, procuramos que el niño se sienta escuchado, acogido, e intentamos reflexionar con él sobre sus sentimientos. Un orden lógico de esta escucha reflexiva es el siguiente:

1.º. Reflejamos y clarificamos sus sentimientos: «Veo que estás enfadado… ».

2.º. Utilizamos la comunicación no verbal y las respuestas abiertas: 

«Crees que no le importas a tus amigos, y te sientes abandonado».

El «mensaje-yo»

Mediante este tipo de mensajes informamos a nuestro hijo de nuestros sentimientos por su comportamiento y las consecuencias de éste.

Por ejemplo: «Yo me siento triste cuando rompes el reloj porque tengo que comprar otro».

Sentimiento (Yo siento…)

Comportamiento (Cuándo tú…)

Consecuencia (Porque…)

Es muy importante mostrar al niño que nuestros sentimientos tienen que ver con su comportamiento, no con su persona. Centre el problema en la situación concreta y evite las descalificaciones personales:

«Esto lo has hecho mal» (correcto).

«Eres malo» (incorrecto).

El tono debe ser firme y serio. No es necesario reñir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pautas para profesores

 

Las estrategias indicadas para padres y pacientes son de igual valía para el profesor, adecuándolas a un contexto escolar. ¿Qué intervenciones específicas puede manejar el educador escolar?

Las intervenciones del educador en los niños con TDAH deben basarse en un trípode de apoyo que incluya una supervisión constante, la utilización de unas herramientas básicas y la individualización de la atención.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Algunas técnicas básicas que puede utilizar son las siguientes:

• La extinción.

• El «tiempo fuera».

• El establecimiento de normas. Una norma es una descripción detallada, específica y pactada con el niño, que permite a éste saber cómo y cuándo hacer una cosa. Para establecer las normas es necesario lo siguiente:

– Utilizar un lenguaje afirmativo (positivo).

Supervisión constante

Herramientas básicas

Proporcionar información individualizada

– Acompañar la norma de su «por qué» (explicarla).

– Pactar las consecuencias de la transgresión de la norma.

– Hacer una lista o planning (alcanzables).

– Usar material visual (imágenes y esquemas).

 

 

 

 

Para terminar, algunos consejos:

• Pregúntele cómo puede ayudarle.

• Manténgalo cerca de usted.

• Repita las instrucciones.

• Las instrucciones han de ser claras, específicas y breves.

• Establezca con él contacto visual frecuentemente.

• Haga bromas, innove.

• Diseñe una agenda o calendario propio de actividades que sea predecible.

• Divida las actividades largas en varias cortas.

• Use el feedback: ofrézcale información de su comportamiento a cada momento, para que se auto observe y corrija.

• Evite intervenir si no es necesario, fomente autonomía; si es posible, sugiera, no imponga.

• Busque los logros y esfuerzos tanto como sea posible.

• Elogie, refuerce, con premios materiales y sobre todo sociales. Una sonrisa vale más que mil juguetes.

• Enséñele pequeños trucos de memoria (anotar, dividir las tareas, agrupar palabras por categorías, repetirse mentalmente, etc.).

• Anuncie lo que viene después antes de hacerlo o decirlo.

• Simplifique la información, pero de manera que llame la atención (con imágenes, gestos, juegos, etc.).

• Haga uso del contacto físico no amenazante para comunicarse con él. Establezca vínculos afectivos con el niño.

©• Cuente con él para resolver los conflictos y situaciones problemáticas.

Involúcrelo en la toma de decisiones.

• Dele responsabilidades. Confíe en él.

• Enséñele a que aprenda a autoevaluarse y premiarse cuando lo haga bien.

• Repita la información. Que repita lo que usted ha dicho.

Y no olvide buscar ayuda y apoyo cuando lo necesite. Conozca sus limitaciones.

No es un experto en niños con problemas de atención e hiperactividad y tiene que atender al resto de alumnos de la clase.

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